Hoy sigo igual. No, ya me he dado cuenta de que papá y mamá no son vampiros, gracias, aunque eso explicaría de dónde he sacado ese tono de piel tipo papiro tan maravillosamente cadavérico que gasto. Pero sí, sigo leyendo en modo obseso. Y eso me ha llevado a descubrir un libro muy simpático que me gustaría compartir.
En principio es la típica novela policíaca, pero además de muertos, tiene unas descripciones geniales de los paisajes, tradiciones y leyendas del valle del Baztán, que, para los que no lo conozcáis, debería estar en el top ten de los sitios más bonitos y refrescantes en la superficie de nuestro giratorio planeta.
Felices siestas.
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